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Barcelona · Sup: 149 m2
En la reforma integral de esta vivienda se ha redefinido el programa funcional, suprimiendo algunas de las habitaciones existentes de reducidas dimensiones a cambio de dotar de más generosidad de espacio al conjunto.
El proyecto se articula por medio de la cocina, formada por un volumen semipermeable en el centro de la vivienda y que permite filtrar la luz natural y modificar la relación del espacio con la sala-comedor de manera dinámica. Este volumen, que dispone de acceso independiente desde el exterior, hace de separador de las zonas de día y de noche, y se plantea como una caja que se puede hacer más o menos estanca en función de la voluntad de sus usuarios.
La zona de día es un gran espacio diáfano donde se organizan diferentes ámbitos funcionales que participan de un mismo ambiente: el recibidor del acceso principal, la zona de lectura, el comedor y la sala. Una larga fachada de vidrio ilumina todo el espacio, a la vez que da acceso directo a la terraza exterior.
Las grandes dimensiones y la fluidez de espacio de la zona de día hacen que exista en ella una elevada polivalencia funcional, calidad reforzada a su vez por el mobiliario como por ejemplo la larga estantería longitudinal que contiene el despacho, la librería, el equipo de música, el piano y el mueble buffet o la gran mesa cuadrada del comedor ampliable y con capacidad para un numeroso grupo de comensales.
La zona de noche dispone de un dormitorio principal con baño propio, de un segundo baño que también sirve a la zona de día y de dos habitaciones que se pueden unificar entre ellas por medio de unas grandes puertas correderas y que permiten la posibilidad de crear un único y gran espacio.
En cuanto a los acabados predomina el blanco, lo que potencia la luminosidad de las fachadas hacia el interior de la vivienda, y se combina con la madera de roble claro. El pavimento de la cocina y los revestimientos de los baños son de acabados pétreos de color gris claro.
Las tonalidades suaves de la vivienda crean un ambiente neutro y templado, donde contrastan de manera puntual determinadas piezas del mobiliario y otros elementos de color oscuro que hacen de contrapunto como el mueble de hierro de la chimenea o el paramento interior con acabado de pizarra en la cocina.